El Estado Deseado de los Equipos de Alto Rendimiento
- Natalia Cordova
- 2 abr 2024
- 2 Min. de lectura
Imaginemos un equipo donde la confianza fluye libremente, donde cada miembro se conoce a fondo y valora las discrepancias como oportunidades de crecimiento. Este equipo se compromete con acuerdos claros y asume la responsabilidad de sus acciones con integridad y excelencia. En este entorno, las habilidades de colaboración son altamente valoradas y se fomenta un propósito compartido alineado con la estrategia de la organización.
El propósito compartido es el faro que guía al equipo en su camino hacia el éxito. Proporciona una orientación clara sin caer en la trampa del micromanagement, permitiendo que los miembros del equipo tomen decisiones con libertad y autonomía. Además, el propósito co-construido actúa como una fuente de motivación y energía, mostrando cómo las acciones individuales contribuyen a un objetivo más amplio.
Los estándares compartidos son otro pilar fundamental de un equipo de alto rendimiento. Representan los acuerdos sobre cómo se hacen las cosas y cómo nos relacionamos entre nosotros. Proporcionan claridad en la forma en que el equipo opera, fortaleciendo la confianza y facilitando la negociación y gestión de conflictos.
Para que un equipo alcance su máximo potencial, los miembros deben poseer una serie de habilidades y competencias clave. La autoconciencia individual, la capacidad de conversar efectivamente como equipo, y la habilidad para generar compromiso y resolver desacuerdos son esenciales. Además, el equipo debe estar abierto al cambio y dispuesto a aprender y mejorar constantemente.
El entrenamiento en la ejecución, el feedback constructivo, el coaching y las conversaciones de aprendizaje son herramientas vitales para el crecimiento del equipo. La capacidad de regular emociones y mantener un mindset flexible frente a la incertidumbre también son cruciales en un entorno dinámico. Además, es importante tener incorporadas estructuras y dinámicas de colaboración, como el diseño de reuniones, rituales y tipos de conversaciones recurrentes.
En resumen, un equipo de alto rendimiento es aquel que está guiado por un propósito compartido, opera bajo estándares compartidos y posee las habilidades necesarias para colaborar de manera efectiva y adaptarse a los cambios. Es un equipo que está constantemente buscando oportunidades de mejora y crecimiento, y que se esfuerza por alcanzar su máximo potencial en todo momento.
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